El Dilema Climático: Rescatando el Planeta, Marginando a los Pobres [Parte 1]
Cuidar el planeta es es una noble causa. Esconder los efectos que tendrían las políticas ambientales en la vida de los más pobres es por el contrario, criminal.
Para dar contexto a este artículo me valgo de un concepto descrito por Hans Rosling en su libro Factfulness: el PIN del mundo es 1114. De los 7 mil millones de personas que viven en el planeta, mil millones están en América, mil más en Europa, otros mil en África y cuatro mil millones en Asia y Oceanía1.
Fuente: Gapminder
Cualquier análisis de peso, que se relacione con temas globales debería pasarse por el filtro de los datos, y este es un ejemplo de ello. Emitimos juicios sobre la realidad global en base a lo que conocemos, aplicamos un sesgo de generalización, usando parámetros que no aplican en otros lugares y aún así los asumimos como válidos.
Es irracional (literalmente) pensar en cambiar el mundo, desde una calle de Estocolmo, Londres o París sin considerar que un poco más de la mitad de la población -4 mil 100 millones de personas- viven en países de medio o bajo ingreso.
"No quiero que tengas esperanzas. Quiero que sientas pánico. Quiero que sientas el miedo que yo siento cada día. Y luego quiero que actúes". - Greta Thunberg
Para ellos el Skolstrejk för klimatet2 tiene poca relevancia frente a la falta de comida, de salud, de empleo, de infraestructuras adecuadas, de seguridad personal, de educación. ¿Qué más pánico se puede tener?
Quienes vivimos en sociedades desarrolladas disfrutamos (sí, disfrutamos) de una prosperidad acumulada durante años, ya sea por acierto o por fortuna. Un sueco promedio consume 59,927 kWh de energía al año, 84% más que el promedio mundial y cerca de 50 veces más que el promedio de los países de bajo ingreso.3
Goza además de estabilidad política, libertad económica, de culto y expresión, ha podido completar alrededor de 19 años de escolaridad. Algunos, como Greta, ha tenido la fortuna de tener tiempo libre para protestar en contra lo que consideran un agravio a la tierra. Un tiempo libre que solo es posible gracias al uso de energías fósiles. Lo que para unos es una amenaza, para otros es su única herramienta hacia una vida decente.
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En la otra acera de lo que protestan estamos quienes sin quitar importancia al asunto climático nos detenemos a cuestionar lo factible de las propuestas. Si todo lo que hemos alcanzado en los últimos 70 años se debe a que 3/4 partes de nuestras fuentes de energía son fósiles, cómo podemos mantener nuestra acomodada vida presciendo de ellos.
Puediera pensar que la abundancia de páneles solares y torres de viento serían parte de la solución, que combinadas con avances tecnológicos en el campo de las baterías quedaríamos a mitad de camino hacia una sociedad ‘limpia’.
El tecno-optimismo es una visión del futuro que sostiene que el progreso tecnológico resolverá todos los problemas del mundo. Sin embargo, esta visión es inaplicable a los lugares donde las condiciones básicas para la vida humana son precarias.
Lugares donde no es posible tener una refrigeradora porque la electricidad es inestable, donde los niños tienen que recoger materiales para hacer y mantener el fuego, el servicio de transporte es insuficiente cuando no inexistente, el ingreso per cápita se sitúa entre uno y diez dólares al día.
Distribución mundial de la renta:
Fuente: Our World in Data, Extreme poverty: How far have we come, and how far do we still have to go?
Existe por tanto, un larguísimo camino por recorrer que deberá primero converger (acercarse al niveles superiores de ingreso, por sobre los 10US$ por día) para después ser modificado (mejorar para cambiar).
Según la Agencia Internacional de Energía:
[en 2023] Alrededor de 2.300 millones de personas carecen de acceso a instalaciones limpias para cocinar, y en su lugar recurren al uso tradicional de biomasa sólida, queroseno o carbón como combustible principal para cocinar. La contaminación del aire en los hogares, principalmente por el humo de la cocina, está relacionada con unos 3,7 millones de muertes prematuras al año. En el pasado, los avances han sido muy limitados en comparación con el acceso a la electricidad.4
¿Es aceptable frenar el acceso a la electricidad a millones de personas porque no está producida a partir de energías renovables?
¿Se puede considerar ético pedir a las naciones en desarrollo que eviten el uso de petróleo y carbón, recursos que fueron clave en la industrialización de los países desarrollados?
El gran problema con estas preguntas es que quien las haga puede ser fácilmente cancelado. La religión climática no entiende de matices, totalitarismo ambiental como aplanadora.
Sin ambigüedades, me propongo responder la siguiente pregunta: ¿Cuáles serían los efectos de la aplicación de las medidas climáticas para limitar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en los sectores menos favorecidos de los países en vías de desarrollo?
Mi tarea, por tanto será intentar hacerlo con datos.
Dividiré este artículo en tres partes:
La relación crecimiento, bienestar, energía, cómo hemos llegado a este nivel de vida.
Los reclamos de los ambientalistas, traducidos a la realidad.
Cómo sería la realidad después de aplicar las medidas más extremas, el escenario donde los radicales impusieran su visión.
Debido a lo extenso del artículo, publicaré uno a la semana durante las próximas tres. Aquí el primero.
Parte 1; Energía, Crecimiento y Bienestar.
«La energía es la única moneda de cambio universal. Sin transformación de energía, no hay nada» —Vaclav Smil
Un dólar, un Euro, un Yen o cualquier otra moneda se constituye como un derecho futuro, el derecho a comprar algo más adelante, que deberá ser fabricado, o adquirido de otro que usará el monto ingresado para comprar otros productos o servicios, en un ciclo sin fin.
Más dinero en circulación → mayor demanda de bienes y servicios → mayor uso de materiales y energía.
Más energía en uso → mayor crecimiento económico → mayores emisiones de CO2.
Fuente: EL SUEÑO IMPOSIBLE DE LA REDUCCIÓN DE EMISIONES, por Art Bertman
Durante las segunda mitad del Siglo XX vivimos un crecimiento sostenido de las expectativas de vida de las personas5, no solo en términos de los años que se podían alcanzar sino en las comodidades a las cuales se tenía acceso a partir del abaratamiento de los bienes y servicios. Fue la época en la cual una pujante clase media emergía en occidente, y su ascenso se reflejaba en aquello que podía adquirir, vehículos, electrodomésticos y como no, una casa de un tamaño considerable.
Me detengo acá porque, con apego a la realidad, no todos los países del mundo e incluso de occidente vivieron esta bonanza, no obstante, como aquel que mira desde la vitrina un trozo de pastel deseando comerlo, el ejemplo que la sociedad norteamericana dio al mundo fue el modelo a copiar no solo por otros países del hemisferio sino de aquellos que una vez caído el bloque socialista en Europa del este, siguieron sus pasos.
Esto implicó que el bienestar pasaría a ser el resultado directo de asociar ‘libertad’ con ‘capacidad de compra’.
Como ya mencioné, para poder tener más hay que producir más y más producción hace crecer la economía. El crecimiento de la economía es el hito máximo que un político puede ofrecer a sus votantes, en cuanto, hay más para repartir. Es por tanto lógico y pertinente afirmar que -tener más- es parte fundamental del discurso que atrae a las personas y sus votos, es aquello que las convence.
La economía es una nube de transacciones, a partir de la cual trabajo capital y tecnología se unen para aumentar el valor de algo. De la semilla se hace la harina, de la harina el pan, del pan la pizza. El lubricante de todas estas operaciones donde 'cosas' cambian de mano es el dinero.
En la economía, se pueden distinguir dos tipos de crecimiento: el crecimiento real y el crecimiento monetario.
El crecimiento real es el que se da en el mundo de lo tangible, es decir, en la producción de objetos y/o servicios que se pueden ver, tocar, recibir, ofrecer y disfrutar. El crecimiento monetario, por su parte, es el que se produce en el dinero, que es un símbolo de valor que no tiene un valor intrínseco, solo un indicativo que puede tener una mayor o menos contraprestación en forma de productos o servicios.
El dinero que se pide al banco en forma de crédito tiene que ser devuelto con intereses, porque se supone que se utilizará para crear más cosas, ya sean bienes o servicios. De esta manera, el crédito ayuda a impulsar el crecimiento real de la economía.
Por lo tanto, la constante promesa de progreso no es solo algo que anhelamos escuchar, sino una experiencia que esperamos vivir personalmente y ver reflejada a nivel nacional. Representa la conversión del esfuerzo en recompensa y la forma de compensar los riesgos tomados mediante las ganancias obtenidas. Significa la esperanza de que nuestros hijos vivan en mejores condiciones que nosotros, actuando como un estímulo positivo.
Es también, un terreno fértil para lo -no tan bueno- como la especulación financiera, la desigualdad de ingresos, la acumulación de capital, el proteccionismo y la noción del "too big to fail", entre otros fenómenos relacionados con el movimiento de capital que fortalecen el poder existente.
Entonces, no se trata simplemente de reemplazar un automóvil de gasolina por uno eléctrico, o una planta de carbón por aerogeneradores. La transformación de las fuentes de energía implica un cambio fundamental en la civilización misma. Sin esta transformación, los conflictos, el hambre y las enfermedades podrían llevarnos a la extinción antes que los temidos cambios en la temperatura del planeta.
Eso que no se ve
La actividad económica que vemos a simple vista es solo una parte de la historia. Debajo de la línea de flotación, hay millones de interacciones que no son visibles para el público en general.
Si queremos entender cómo funciona el mundo, debemos mirar más allá de lo que vemos. Debemos buscar lo que está oculto, lo que no se ve.
Una de las grandes verdades que yacen debajo del límite de flotación del iceberg es la paz. Solo es posible un planeta en paz siempre y cuando el ingreso marginal sea creciente, que las personas y países tengan mañana un poco más que hoy, y que si no es el caso, la perspectiva de tenerlo sea alcanzable. En palabras de Yuval Noah Harari, «Tolerancia no es una marca registrada de los Sapiens»6, vivimos en el época más pacífica desde que poblamos la tierra, y no es coincidencia que a la vez sea la época en la cual logramos tener abundantes cantidades de energía, que permitían aligerar el trabajo y como no, tapar nuestras ineficiencias en otras áreas.
El poder a lo largo de la historia se basaba en la posesión de la energía, ya sea en forma de mano de obra esclava, labrado de la tierra o bien, la transformación del vapor en trabajo.
Visto de forma agregada, a nivel de país, generalmente, a mayor uso de energía más poderoso, más complejas sus relaciones, más productivo se es. Lo mismo ocurre en sentido contrario, un menor desarrollo en la mayoría de los casos va aparejada con un consumo menor de energía. Esto no es un axioma pero, aplica a la gran mayoría de casos que se puedan consultar.
En el gráfico siguiente queda claramente expresado:
En su forma más básica, la energía es lo que nos permite tener una vida estructurada, previsible, con posibilidad de planificar un futuro e ir a por él. Es lo que calienta nuestras casas, cocina nuestros alimentos, ilumina nuestras calles y nos permite movernos. Un déficit de ella haría que nuestra vida fuese muy diferente.
El gas, el petróleo y el carbón tienen distintos usos, no son intercambiables a placer por energías renovables. Minimizar su utilización en ciertas actividades es posible, siempre y cuando entendamos que tendrá sus consecuencias.
En las circunstancias actuales, cortar el uso de energías fósiles traería consigo el decrecimiento y el conflicto, no porque no haya una buena razón detrás -el cuidado del planeta- sino porque cualquier cambio que se haga a partir de la disminución del flujo de energía que se consume puede llevar a la pobreza a miles de millones de personas si este es mal ejecutado.
No es lo mismo la capacidad de adaptación de un país desarrollado que aquel cuya especialización es baja y su economía dependiente de la extracción de materias primas.
Nota del gráfico: El petróleo, el carbón y el gas representan el 76.71% del consumo de energía como fuentes primarias.
No hace falta un ejercicio muy complejo para comprobarlo. Aquí algunos datos:
99% de las flotas de transporte de alimento usan el diesel como combustible.
99.9% del combustible aéreo es fósil.
80% de los fertilizantes provienen del tratamiento del Gas Natural.7
68% de la producción de acero utiliza carbón como fuente de energía.8
60% del material médico quirúrgico es hecho a partir de plástico.9
Más del 80% de los materiales de envasado y conservación están hechos de plástico.
60% de la generación de electricidad en el mundo se hace a partir de gas natural.
La transición hacia la utilización de fuentes renovables de energía dependerá de la naturaleza del aparato productivo de cada país, será mucho más sencillo para aquellos cuya economía se fundamente más en servicios que aquella que tenga un mayor componente industrial o agrícola. Sin mencionar el hecho que la luz solar y el viento son itinerantes, no existe la capacidad de acumular energía en una cantidad y potencia necesaria para sustituir lo concentrado de la forma en que se presentan las opciones fósiles.
Pero, es que además, si tuviéramos la capacidad de obtener toda la energía que necesitamos a partir del viento, el sol, el mar y cualquier otra fuentes renovable, estaríamos frente a una paradoja, en la cual el consumo de combustibles fósiles seguiría sucediendo. Lo que se llama la Paradoja de Jevons.
W. Stanley Jevons fue un economista inglés que se dio cuenta que a mayor eficiencia en el uso de la energía más se consumía. Explicado de forma sencilla, si hubiera un sustituto no contaminante del petróleo por ejemplo, igual se consumiría más petróleo porque su precio bajaría ante la mayor disponibilidad de este.
Tal como sucede con cualquier producto, al disminuir su precio aumenta la cantidad vendida del mismo.
Existe también una vertiente moral. Cómo prohibir a países en vías de desarrollo a utilizar la energía que permitió en el pasado a los países desarrollados alcanzar tal nivel. Nadie niega las bondades de la energía renovable en la generación de electricidad pero, las infraestructuras necesarias para hacerla una opción factible en países del sudeste asiático, África meridional o América Latina requeriría de inversiones mil millonarias que pudieran ser canalizadas a otras iniciativas igual o más necesarias que el cuidado ambiental.
Esto lo describe al detalle Bjørn Lomborg en su último libro: Primero lo mejor. Las 12 soluciones más eficientes para los más pobres del mundo y nuestras promesas globales en materia de ODS.10 Entre las causas que menciona están la lucha contra la malaria, la tuberculosis, asistencia a mujeres embarazadas y neonatos, que resultarían todas ellas en un impacto tangible en las comunidades que las padecen.
Entregas en 24 horas, supermercados llenos
Muchas veces damos por sentado que las aparatos y sistemas sirven porque les vemos funcionar, pero no nos detenemos a pensar en cómo es posible. Un ejemplo de esto es el transporte de mercancías.
La relación entre el gasoil, el camión y la carga es directa, evidente, pero existe una lógica de costos que no vemos a primera vista. El precio de la energía utilizada para transportar las mercancías debe ser menor que el valor de las cargas. Si no lo fuera, no tendría sentido económico mover ningún producto.
Uno de los argumentos más utilizados por los ambientalistas es que la industria petrolera está subsidiada y están en lo cierto. No solo a partir de excepciones impositivas, ayudas o bien a partir del uso intensivo de infraestructura construida con los impuestos de todos (no es la única tampoco, casi todas las empresas se valen de los bienes públicos), pero es justo también considerar que la agricultura está subsidiada a su vez por el petróleo.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las subvenciones mundiales a los combustibles fósiles alcanzaron la cifra récord de 7 billones de dólares en 2022, lo que representa el 7,1% del PIB mundial.11
Es imposible alimentar a 7 mil millones de personas sin el uso de una fuente de energía de alta concentración, transportable y lista para usar como la gasolina, el diesel, el kerosene y demás destilados que se utilizan en las distintas etapas del cultivo, desde la preparación del terreno, pasando por la siembra, fertilización, recolección, refrigeración, empaque hasta la distribución final. Cada caloría de alimento consumida por nosotros, los humanos, ha requerido el uso de entre 7 y 10 calorías provenientes de los hidrocarburos (maquinaria, fertilizantes, transporte).12
Sin subsidio a los combustibles fósiles, no habría suficiente alimento para todos los que habitamos este hermoso planeta. Conveniente o no, moralmente aceptable o no, esta es la situación actual.
«La energía de los combustibles fósiles es el alimento de los alimentos» —Alex Epstein, El caso moral de los combustibles fósiles
Es cierto que la relación entre el uso de energía y el bienestar no es lineal. El bienestar es un concepto subjetivo que depende de factores personales y culturales. Sin embargo, si se mide el crecimiento económico, que es un concepto más objetivo, la correlación entre el uso de energía y el crecimiento económico es más estrecha. Esto significa que, en general, los países que consumen más energía también crecen más económicamente.
El crecimiento de un país supone por lo general un aumento en el tamaño de la economía, se entiende que el valor de la suma de productos y servicios aumenta, crecen los beneficios empresariales, crece el empleo y el gobierno obtiene más recursos por vía fiscal. La repetición de este ciclo durante décadas ha culminado con el fortalecimiento de clases medias, académicamente preparadas, políticamente activas que han sido promotoras de leyes de igualdad, beneficios sociales, inclusión, entre otras. Esto es solo posible porque, la productividad creciente en el uso de uno de los recursos -energía- ha permitido tener más tiempo libre para estudiar, para prepararse, para cultivar otras áreas del ser que antes no eran un tema.
Si nos trasladamos a los países en vías de desarrollo, los combustibles fósiles tienen un papel fundamental. En los países productores representa la mayoría de sus ingresos fiscales (70% en promedio para países del Golfo Pérsico)13. La venta de crudo, gas, carbón, genera las divisas que permiten tener una balanza de pagos menos mala. Con esto se genera empleo gubernamental, manteniendo la cohesión social en países áltamente volátiles.
En el caso de los otros, en vías de desarrollo pero no productores, representa la forma más expedita de impulsar su industria, alumbrar sus calles, mover pasajeros y carga. Es la capacidad de sembrar el campo, de extraer minerales, de construir infraestructura.
El viento, el sol, los biocombustibles son incapaces de concentrar la energía necesaria para fundir acero o hacer volar un avión. Eso, hay que tenerlo claro.
En palabras de Gail Tverberg14:
La energía verde suena atractiva, pero está terriblemente limitada en lo que puede hacer. La energía verde no puede hacer funcionar la maquinaria agrícola. No puede fabricar nuevas turbinas eólicas o paneles solares. La energía verde no puede existir sin combustibles fósiles. Es simplemente un complemento del sistema actual.
Cualquier medida que se adopte para reducir la oferta de combustibles fósiles, o para penalizar su uso, acabará afectando negativamente a las personas que se dedican a las actividades menos remuneradas y con menos opciones de tener una alternativa distinta de ingreso, tales como jornaleros agrícolas, trabajadores de la construcción, servicios domésticos y trabajadores informales.
El esfuerzo, por el contrario, debería centrarse en aumentar el uso de energía per capita en países pobres. Ya sea a través de darles acceso a electricidad, de proveerles con vías lo suficientemente seguras y bien hechas para que se dinamice la economía local, que fluya la inversión hacia esos lugares 'vírgenes'. Sería irresponsable probar suerte intentando que haya una transición que pase de poca energía disponible a fuentes renovables, sin tener la misma oportunidad que tuvieron los países que hoy en día se consideran desarrollados de utilizar miles de millones de barriles de crudo mientras ascendían la curva del crecimiento económico.
"No es realista eliminar por completo la energía procedente de combustibles fósiles" — Xie Zhenhua, enviado especial de China ante la COP28
https://fridaysforfuture.se/
https://worldpopulationreview.com/country-rankings/low-income-countries
https://www.iea.org/reports/sdg7-data-and-projections/access-to-clean-cooking
https://ourworldindata.org/life-expectancy
https://www.ynharari.com/es/book/de-animales-a-dioses-sapiens/
https://www.iea.org/reports/world-energy-outlook-2022
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https://revistamp.net/inicio/el-plastico-es-la-sexta-industria-manufacturera-mas-grande-de-ee-uu/
https://lomborg.com/best-things-first
https://www.imf.org/en/Publications/WP/Issues/2019/05/02/Global-Fossil-Fuel-Subsidies-Remain-Large-An-Update-Based-on-Country-Level-Estimates-46509
https://www.researchgate.net/publication/225484051_Food_Versus_Biofuels_Environmental_and_Economic_Costs
https://www.worldbank.org/en/news/press-release/2021/08/03/gcc-countries-back-on-path-to-economic-growth-after-contraction-due-to-the-pandemic
https://ourfiniteworld.com/